domingo, 28 de octubre de 2018

Aura Mary: maestra de amor




Hoy quiero tomar palabras
Para hacer un homenaje
A ese hermoso personaje
Que está lleno de bondad
En sus manos la equidad
En su corazón amor
En su rostro ese candor
Que es difícil de explicar

Me refiero a ella, mi tía
Aura Mary la llamaron
Fue cuando la bautizaron
En la casa del Señor
Para que hiciese mejor
Al mundo cuando creciera
Por eso, como maestra
Un día se recibió.

En la finca el Paraíso
Gutiérrez, Cundinamarca
Creció cual niña monarca
En labores muy tempranas
A cargo de sus hermanas
Como lo mandó su padre
Siempre supo cómo darle
Cumplimiento a sus palabras.

Igual doña Teresita

Su madre, le encomendaba
Que a todos ellos cuidara
Porque sería la elegida
Para dedicar su vida
A que otros aprendieran
Y como Dios lo pidiera
Esa misión fue cumplida.

Allá en su pueblo natal
Estudió escuela primaria
Y con esas luminarias
Que en la noche consumió
Cada tarea concluyó
Esperando la siguiente
Pues aprender quiso siempre
Las lecciones, con amor.

Para la siguiente etapa
De su vida educativa
Dejó su tierra querida
Para empezar la normal
Allí se habría de formar
Como fiel educadora
Porque de muchas personas
Sería su guía en el andar.


Y el pergamino acusó
Que aquella joven tenía
Conocimiento y valía
Para poder enseñar
Y así no quiso tardar
Para iniciar la labor
Queriendo un mundo mejor
En su Colombia natal.

Dentro de Cundinamarca
Tejió su hermosa labor
Y en La Peña comenzó
Tomando tiza en su mano
Y al tablero fue pasando
A los chicos estudiosos
Y también los perezosos
A todos logró encausarlos.

Y regresando al oriente
Para continuar la obra
Allí se centra y enfoca
En dos lenguas enseñar
En el Departamental
Inglés y francés cubría
Con tesón y con porfía
Hizo a estos chicos hablar.


 Fueron veintisiete años
Los que dedicó a Chipaque
Día a día, viaje a viaje
Porque vivía en Bogotá
Nada la pudo frenar
Para cumplir su deber
Del alba al anochecer
Su norte fue el enseñar.

Y después de retirarse
Y esto muy a su pesar
Alguien le fue a preguntar
Qué hará ahora, profesora
En qué se ocupará ahora
Que terminó la enseñanza
El cuerpo siempre descansa
Porque el trabajo lo agota

Descansar, querido amigo
Es para el que está cansado
Para el que siente pesado
Y su deber como un yugo
Yo por eso es que  madrugo
A pesar de retirada
Preparando estoy, mi espada
Y en otra lucha me adjunto

Así expresó su respuesta
Aquella docente fiel
Que supo reverdecer
Cuando sintió aquel llamado
Otro rector convocando
Esta vez para enseñar
La palabra que al final
Nos concede vida eterna.



Y sin importar los años
Porque el tiempo es relativo
Entre sábado y domingo
Comenzó a prepararse
Y en catequesis graduarse
En una comunidad
Sirviendo en la actualidad
Cuando San Luis Beltrán llame.

                                                                                                                                     


 Juan Carlos Contento G.
Bogotá, Octubre de 2018







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