Tierra de grandes praderas
Donde el corazón palpita
Donde todo es armonía
Y deseos de vivir
Tierra de grandes ensueños
Donde se ve el sol cerquita
Donde no hay melancolía
Y provoca sonreír.
Así es el Llano querido
Cuando canta con el cielo
Cuando lo arrulla la luna
O lo duerme un resplandor
Así es la tierra más grande
Cubierta toda en un velo
Teñida de una dulzura
Obra grandiosas de Dios
Cuando amanece en el Llano
Despiertan las ilusiones
Y se duermen los pesares
Sonriendo el corazón
Cuando anochece temprano
Hay esperanzas mejores
Y se oyen dulces cantares
Que acompañan al amor
Por eso es que no te olvido
Tierra escogida y benigna
Señalada y predilecta
Hoy, con un leve clamor
Por eso es que te recuerdo
Hoy, con nostalgia indiscreta
Y sentado en otro suelo
Tu nombre quiebra mi voz.
Santa María de Caparo, 1.984
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