lunes, 26 de mayo de 2008

A la mujer merideña


Elevo mis ojos al cielo
y veo la serranía
una imagen me porfía
y me roba el pensamiento
veo en todo el firmamento
una estampa sin igual
y para hacerme soñar
secuestra mi entendimiento




Foto: rafaeluzcategui.wordpress.com

Es la mujer merideña
De imagen inconfundible
Con un aire indescriptible
Más aún, su corazón
Pues su voz es la canción
Que adormece, que seduce
Encanto con rima dulce
Brisa fresca en el Amor

Ojos de la Merideña
Son luceros encendidos
Mil cien fuegos compartidos
Con el sol, con las estrellas
Manos suaves tiene ella
Pies con alas, esculpidos
Y un entrecejo dormido
Que disipa las querellas.

Flor del campo en la montaña
Y frailejón paramero
Se unieron haciendo un duelo
Para comparar belleza
Ganarle a la merideña
Fue su meta y su fracaso
Y entendieron en el acto
Que siempre sería su reina

Aricagua y Canaguá
Mucutuy y Pueblo Nuevo
Chachopo y Apartaderos
Bailadores y Tovar
Mucuchíes, Chacantá
Ejido y Mesa Quintero
Faltan muchos otros pueblos
Para su reino contar.

El tesoro más preciado
Que tiene la merideña
Es un alma gigantesca
A la que deja volar
La sombra de su bondad
Cobija a su reino entero
Candidez que es semillero
De mucha fraternidad.

De Mérida es la mujer
Que en el trabajo es ejemplo
Ayuda a su compañero
En todos sus menesteres
Son sus sagrados deberes
Que como nadie los cumple
Tan altos como una cumbre
Logros que bien se merece.

La pluma ágil y exacta
Don Tulio Febres Cordero
puso un día entre sus dedos
Y a Caribay describió
Su belleza lo invadió
Y partiendo desde el Chama
en vuelo de águilas blancas
5 castillos le dio.

Juan Carlos Contento García 2.004

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