Los Andes: tierra mágica

Neblina dulce y risueña
Se asoma hasta mi memoria
Para contemplar la historia
Que ha arrullado a mi vida
Provincia bien conocida
Llena de paz y de gloria
Perenne y no transitoria
¡bendita es la tierra andina!

Digo bendita y lo escribo
Para que el viento no borre
Las palabras de este hombre
De frailejón y de pino
Son dos símbolos divinos
Pues solo Dios puso el nombre
Donde enseña y no esconde
Sus encantos, sus hechizos

Lo que cuentan de los andes
Puede parecer un mito
O la línea de un escrito
Tomado de un cuento de hadas
Basta dar una mirada
A una espiga de trigo
Que nos cuenta como amigo
Cuál fue su cuna y su casa

Al cruzar por sus lagunas
Puede leerse en sus aguas
Escritas muchas palabras
Todas significan vida
Allí, el alma conmovida
Por la ternura encontrada
Vuela alegre y desbocada
Entre nubes infinitas

El frío es el caballero
Que en su caballo de viento
Visita los aposentos
Y los lugares sagrados
Luego de haber saludado
A todos los lugareños
Sigue en marcha, cielo abierto
Para conquistar picachos

Su tierra es madre amorosa
Que provee de bendiciones
Convertidas en montones
De pan, abrigo y trabajo
Tanto propios como extraños
Contemplan siempre en su mesa
Un trocito de riqueza
que esta madre les ha dado

Sus montañas y llanadas
Sus picachos y riachuelos
Parecen todos mozuelos
Que coquetean siempre al alba
Queriendo encontrar la calma
Una vez que toca el suelo
El tibio sol mañanero
Para secar sus espaldas

Aunque lejos hoy me encuentre
Tierra por siempre bonita
Mi pluma siempre te pinta
Y te hace una estampa
Aunque a veces mi garganta
Tu lindo nombre repita
Recibe tierra bendita
De tu hijo estas palabras.


Juan Carlos Contento García. 1989.